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El Bioterio Acuático del CENPAT y la Escuela de Pesca trabajan en un proyecto de Acuaponia con truchas arcoiris

Profesionales  del CCT realizan el trabajo de aclimatación a partir de la llegada de los peces desde la Cordillera chubutense


El CCT CONICET-CENPAT colabora, mediante diversos convenios, con distintas instituciones de la provincia y la región. Una de ellas es la Escuela Municipal de Pesca nº2701 de Puerto Madryn, la cual trabaja en conjunto con el Bioterio Acuático del Centro Científico Tecnológico de la ciudad.

“El CENPAT colabora con la escuela desde un montón de lugares: desde el aporte de recursos técnicos, como el diseño de los sistemas de recirculación y a veces en el mantenimiento de algún equipo si la escuela no dispone del recurso humano o las herramientas para hacerlo. También hay vinculación a través de otros proyectos y, principalmente, el Centro cubre una necesidad de la escuela que es mantener la temperatura y la calidad óptima del agua para el cultivo de las truchas durante el verano. Ahí oficiamos como una especie de guardería, donde controlamos el agua y posibilitamos el trabajo de los chicos a partir de abril”, cuenta Nicolás Sarrá, quien junto a Mariano Moris son técnicos responsables del Bioterio Acuático.

Particularmente, el CENPAT recibe el lote de truchas arcoíris que llega desde la región cordillerana de Chubut, precisamente de la Estación de Piscicultura ¨Arroyo Baguilt¨, a cargo de Walter Frizzera y dependiente de la Secretaría de Pesca Provincial. En el Bioterio Acuático se realiza un trabajo de adaptación al ambiente local en sistemas controlados de recirculación de agua, los cuales mantienen la temperatura adecuada para este trabajo y los parámetros físico químicos del agua. Una vez finalizada la época estival, los peces son trasladados a la Escuela de Pesca donde son recibidos por los estudiantes para comenzar el trabajo anual.

“El CENPAT hace la adaptación al clima local y nosotros nos encargamos del engorde intensivo, control de parámetros, calidad del agua, hacemos un muestreo mensual a las truchas para hacer un ajuste del alimento y que rinda”, detalla Leandro Córdoba, profesor de Biotecnología de 7º2º.

El traslado de las truchas se hace en un gran tanque de agua y, una vez en el laboratorio de la Escuela, las y los estudiantes clasifican a los peces según su peso para comenzar el trabajo anual: “El proyecto que planteamos es hacer unidades productivas multitróficas porque tenemos peces y plantas en la misma unidad”, indica Córdoba, mientras que Sarrá agrega que “los chicos empiezan a estudiar cuáles son las variables de crecimiento con el objetivo de tener un pez tamaño plato, poder cosecharlos y faenarlos al tamaño comercial, que ronda entre los 250 y 350 gramos”.

Una vez entregadas las truchas, Mariano Moris y Nicolás Sarrá quedan a la espera de un nuevo lote de peces que será utilizada por los alumnos y alumnas durante el ciclo lectivo 2024.