“Ciencia en la Patagonia. Historias y protagonistas más allá del Paralelo 42” fue el nombre que se le dio a la transmisión realizada desde el espacio del CONICET en Tecnópolis en la que representantes del Centro Científico Tecnológico (CCT) CONICET- Centro Nacional Patagónico (CENPAT), acompañados y acompañadas por la presidenta del CONICET, Ana Franchi, contaron sobre los orígenes del Centro Científico Tecnológico con sede en Puerto Madryn, Provincia del Chubut, y sobre algunas de sus principales líneas de investigación.
Durante la presentación, Ana Franchi destacó: “La creación del CENPAT y de los otros centros, que luego llamaremos Centros Científicos Tecnológicos permitieron la llegada del CONICET al territorio para dejar de ser una institución que era más bien porteña y que tenía investigadores e investigadoras en universidades pero no tanto en CCT´s”.
“La creación del CENPAT en 1970 y el de otros dos centros en el sur argentino, uno en Bahía Blanca y otro en Ushuaia, es un correlato de la lamentable Noche de los Bastones Largos cuatro años antes. En las postrimerías del gobierno de facto de Onganía, algunos historiadores afirman que la creación por decreto del Centro Nacional Patagónico de Estudios Geoheliofísicos responde a una política de descentralización del joven Sistema Científico Argentino, pero más que de descentralización, de despolitización”, comenzó describiendo Rolando González-José, bioantropólogo y director del CCT CONICET-CENPAT.
Además agregó que “representaban cierta amenaza al gobierno dictatorial la efervescencia política en las universidades de los centros urbanos, contemporáneas al Mayo Francés y con equipos de investigación que se permitían pensar en modelos de país, y es por eso que se decide realizar esta federalización, discutible, del Sistema Científico creando estos centros”.
En la Sala CENPAT 50 años que forma parte del espacio que el CONICET posee en la mega muestra de ciencia, arte y tecnología, Tecnópolis, hay un recorrido multimedial e interactivo donde se abordan los 50 años de trabajo interdisciplinario, la importancia del vínculo con la comunidad, el rol de la divulgación de la ciencia, así como la particularidad del trabajo de campo de esta particular institución.
Como pequeña gran muestra de la actividad científica que se realiza en este CCT conformado por ocho institutos, tres de biología marina; uno de ciencias sociales y humanas; uno de geología y paleontología; uno de ecosistemas continentales; uno de estudios genéticos; y otro de biotecnología; la científica Ana Parma, investigadora principal en el Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), presentó el trabajo realizado desde el CENPAT con los pescadores artesanales de la Península Valdés.
“La investigación y manejo participativo, como el que llevamos adelante con los pescadores artesanales, implican mucho más que la coproducción del conocimiento porque es necesario involucrarse en los procesos que convierten el conocimiento en acción y la acción en conocimiento. Para ello hay que aprender a escuchar y trabajar en contextos donde se requiere articular una diversidad de valores, intereses, capacidades o compromisos. Los desafíos que se establecen son grandes y se desanda un camino con altibajos sobre todo en el terreno de la acción, pero el trabajo colaborativo es estimulante y gratificante”, cerró la investigadora dando cuenta de un ejemplo de la actividad científica comprometida con el territorio y su comunidad que el CENPAT ha desplegado en sus 50 años de existencia.
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