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CONSERVACIÓN
Aprendizajes cruzados para un uso equitativo y respetuoso del agua
Investigadoras del CONICET incorporaron perspectiva de género en un proyecto para comunicar los efectos del cambio climático sobre el Río Chubut
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Dos científicas abordan un problema complejos y en el proceso se complejizan como personas, cuestionan sus saberes y aprenden nuevos. Natalia Pessacg y Ana Liberoff, investigadoras del Instituto Patagónico de los Ecosistemas Continentales (IPEEC-CONICET) consiguieron a mediados del 2020 un financiamiento, otorgado por la Alianza Clima y Desarrollo (CDKN) y la Fundación Futuro Latinoamericano, para abordar los efectos del cambio climático sobre el Río Chubut con perspectiva de género. Entre varias de las actividades que se realizaron a lo largo de este proyecto, titulado “Un Río, todas las aguas”, las investigadoras, organizaron un taller virtual con tomadores y tomadoras de decisión en relación al manejo del agua y anteriormente se pusieron en contacto con la Fundación Encontrarse en la Diversidad; y desde allí, los conocimientos parecieron amplificarse y fluir de un lado a otro. Quienes sabían sobre cambio climático y sus efectos sobre el río, pudieron incorporar perspectiva de género a su análisis y a su vida: y quienes se especializaban en género, también tomaron saberes.
“Participar en este proyecto, me hizo dar cuenta que el cambio climático, el río, las aguas, tienen que ver conmigo y me puso a pensar qué puedo hacer para acompañar desde mi lugar para aportar a la construcción de un futuro más equitativo, también en cuanto a recursos naturales”, explica Florencia Fisch, coordinadora de contenidos de la Fundación Encontrarse en la Diversidad.
A partir de estos encuentros y cruces con diferentes personas, las científicas empezaron a mirar sus temas de investigación desde otras ópticas, mucho más allá de los límites que impone la formación disciplinar y la carrera científica. Así, de cierta manera y durante este recorrido, por cada puerta que se abría, mil ventanas aparecían. Abordar los efectos del cambio climático desde una mirada de género, fue divisar, por ejemplo que a nivel global, los desastres asociados a fenómenos climáticos como inundaciones en algunos lugares del mundo o sequías en otros; perjudican más a mujeres y disidencias que a varones ¿Por qué? Porque en líneas generales, las mujeres ejercen el cuidado de la casa y la familia y esa permanencia en el hogar, las expone aún más a los riesgos; y porque estos fenómenos afectan sobre todo a personas pobres y el 70 por ciento de las personas pobres en el mundo, son mujeres.
“El eje de perspectiva de género se puede incluir y discutir en ámbitos variados. No solo es un tema relevante en nuestra tarea científica sino que además nos atraviesan como personas. Todo lo que aprendimos y discutimos me resultó muy movilizador no solo en el ámbito laboral sino también, en mi vida personal”, asegura Pessacg.
A lo largo de este proceso, las investigadoras comenzaron a replantearse la forma de mirar, hacer y estar en el mundo. También, por supuesto, la manera de hacer ciencia.
“Observé en Natalia y Ana, un deseo real por romper las paredes del laboratorio y llegar a la comunidad, por tener injerencia en la política, por hacer aportes concretos desde las herramientas y los saberes con que cuentan”, comenta Fisch.
En ese sentido, Liberoff indica: “decidimos que teníamos que hablar con la política para que nuestra ciencia sea “aplicada” realmente en el territorio y no solo sea una categoría de ciencia. En Chubut tenemos un solo río que recorre 1000 km oeste-este y nos da agua a todos y todas y para todo. En el valle inferior del Río Chubut, la gestión de agua la deciden en su mayoría varones. En Noviembre, en Chubut, en año de pandemia, invitamos insistentemente a más de 40 personas de distintos ámbitos y partidos políticos para hablar sobre la gestión del agua, la perspectiva de género y el cambio climático”.
Si bien es difícil de ponderar los resultados de estas acciones recién iniciadas; las científicas destacan los vínculos generados y el compromiso asumido por las personas que participaron del proyecto y los talleres para continuar trabajando de forma mancomunada.
“Creo fundamental resaltar la importancia y pertinencia de abrir canales de diálogo entre la ciencia, la sociedad civil, el estado y las comunidades, de modo de construir nuevas soluciones o problematizar la realidad de manera colectiva. En este punto, resaltar el compromiso real y el interés genuino del equipo de investigación que nos convocó por aprender y enseñar, por escuchar y opinar, por hacer preguntas y compartir saberes”, sostiene Fisch.