Estudiantes de Puerto Madryn participaron de un taller de Arqueobotánica en el CENPAT

Los días 7 y 9 de noviembre, la becaria del Instituto de Diversidad y Evolución Austral (IDEAus-CONICET), María Eugenia Prieto, junto a grupos de estudiantes de la Licenciatura en Administración de Áreas Naturales de la Universidad del Chubut e infancias que concurren al Club Municipal de Ciencias de Puerto Madryn realizaron un taller de Arqueobotánica en el que participaron también Soledad Goye, Micaela Belén Stange y Melisa Nothstein.

Durante los encuentros, las y los participantes pudieron experimentar la práctica de la molienda de diversos recursos utilizando como soporte rocas de la zona: “En ambas jornadas conversamos acerca de las metodologías propias de la Arqueobotánica y de la importancia de construir conocimiento incorporando los saberes locales acerca de los usos de plantas, en particular aquellas procesadas por molienda”, expresó la antropóloga del CENPAT, quien agregó que “la experimentación es muy relevante en la investigación arqueológica, pero su dimensión más potente es su potencialidad como dispositivo de democratización del quehacer arqueológico. Durante la práctica, todos los sentidos se estimulan permitiendo un acercamiento de primera mano a lo que pudo ser la vida en el pasado. A través del juego, surgen preguntas que podemos proyectar al registro arqueológico desde la propia experiencia, redundando en la valorización del patrimonio arqueológico”.

Nuevas preguntas

La Arqueobotánica busca conocer las formas en que las personas y las plantas se relacionaron en el pasado a través del estudio de los restos vegetales arqueológicos. Dado que es un tipo de registro muy difícil de conservar, los lugares para buscarlo son aquellos artefactos donde se cree que se procesaron vegetales para diferentes fines. “Desde mi línea de investigación doctoral en particular estamos trabajando con artefactos de molienda, buscando microrrestos que nos permitan inferir procesamiento de plantas u otros elementos. En este sentido, la experimentación es relevante porque, a través de la reproducción de acciones de molienda, podemos observar y registrar gestos y decisiones en cuanto a los materiales usados para moler y a aquellos que molemos, y así generar diversos tipos de evidencia. A partir de ellas, podemos formular nuevas preguntas que llevamos al registro arqueológico”, finalizó Prieto.