VINCULACIÓN TECNOLÓGICA

El CONICET firmó un convenio de asistencia técnica para asesorar sobre la pesca de anchoíta

Especialistas de Chubut trabajan con un grupo de empresarios en la precertificación de la pesquería de anchoíta stock patagónico, bajo el Estándar de Pesquería en Transición hacia Marine Stewardship Council.


Foto: gentileza Investigadora Silvana Dans (CESIMAR- CONICET)

El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y un grupo de empresas pesqueras de la ciudad de Rawson, celebraron un convenio de asistencia técnica mediante el cual especialistas de la entidad científica asesorarán en la evaluación de la pesquería de anchoíta (Engraulis anchoíta) stock patagónico. Se trata de un conjunto de ocho compañías que se unieron y participan en esta evaluación en búsqueda de certificaciones que acrediten la adecuada gestión y sostenibilidad de esta pesquería, lo cual les permite, entre otras cosas, la apertura a mayor cantidad de mercados internacionales.

El objetivo del convenio es mejorar la información de base sobre esta pesquería mediante, entre otros puntos, la evaluación de la especie objetivo, las capturas de especies no deseadas, especies secundarias y el posible descarte, durante la pesca con redes de arrastre semi-pelágica de media agua. Los datos serán recolectados por observadores a bordo independientes, capacitados y supervisados por el equipo técnico del CONICET.

Las tareas serán realizadas por especialistas del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR- CONICET) de Puerto Madryn y del Centro de Investigaciones y Transferencia (CIT) Golfo San Jorge de la ciudad de Comodoro Rivadavia, y de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB).

Mediante este plan de actividades, se busca generar la información requerida por un programa denominado Pesquería en Transición hacia Marine Stewardship Council (ITM y MSC respectivamente, según sus siglas en inglés), a partir del cual, en 2021, varias empresas y armadores de buques de la flota costera de Rawson decidieron formar un grupo empresario mancomunado y realizar una pre evaluación del estado de la pesquería. El Estándar del MSC se utiliza para evaluar si una pesquería es correctamente gestionada y sostenible y se evalúa a partir de tres principios: poblaciones de peces sostenibles, minimizar impactos en el ecosistema que interactúa y una gestión pesquera eficaz.

Cuando una pesquería obtiene la certificación, su captura certificada se puede vender con el logo azul del MSC, lo cual permite, entre otras cosas, la apertura a mayor cantidad de mercados internacionales. El proceso de certificación MSC consta de tres etapas principales: ingreso al programa de transición ITM, revisión periódica del progreso durante un periodo de hasta cinco años, y transición a la evaluación completa según el Estándar por medio de la valoración independiente de una Certificadora, en este caso particular de la Organización Internacional Agropecuaria (OIA). Durante estas etapas, se verifica el progreso de la pesquería y se espera que cumpla con ciertos requisitos para ser elegible de participar.

“La verificación independiente y periódica de las mejoras implementadas es fundamental para garantizar la credibilidad y el progreso hacia la sostenibilidad. Esto permite a los grupos empresarios demostrar su compromiso con la sostenibilidad a todas las partes interesadas involucradas. OIA, una certificadora internacional ampliamente reconocida, será el organismo que evaluará los avances de forma anual”, afirman desde Pesquera Gianfranco S.A, una de las firmantes del convenio con el CONICET.

“Este convenio formaliza una primera etapa en el asesoramiento técnico que estas empresas van a necesitar en todo el proceso. Poder brindarlo representa un esfuerzo más de vinculación entre el CONICET y el sector productivo, y un claro ejemplo de transferencia de conocimiento científico a una de las actividades económicas más importantes en la región”, asegura la doctora Silvana Dans, investigadora del CESIMAR y una de las especialistas que participa del convenio junto al equipo de investigadoras e investigadores conformado por Cristian Marinao, Pablo Yorio, Nelson Bovcon y María Eva Góngora.

“La ubicación geográfica del stock patagónico de anchoíta es en aguas sobre plataforma argentina, al sur del paralelo 41° (limite definido con el stock bonaerense), y la pesquería opera en aguas tanto nacionales como de jurisdicción de la provincia de Chubut (específicamente 42° – 44° S; Área FAO N° 41 – Océano Atlántico Sur)”, finalizó Dans.