El martes 19 de agosto, integrantes del Laboratorio de Mamíferos Marinos (LAMAMA) del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET) realizaron un censo aéreo de ballena franca austral (Eubalaena australis) que marcó un record absoluto en los 25 años que se viene llevando a cabo esta actividad. Según explicaron los científicos y científicas, se contabilizaron un total de 2110 ejemplares, de los cuales 826 eran crías.
La mayor parte de los animales se encontraban en lugares tradicionales, como El Doradillo, las zonas cercanas a Puerto Pirámides y el Golfo San José. Además se observaron ballenas en grandes números en la costa externa de Península Valdés y en el Golfo San Matías, al norte de la provincia.
Según el censo realizado este martes, en la zona se encuentran 826 madres, la misma cantidad de crías, 381 individuos solitarios y 77 en grupos de cópula,
“Los golfos son las zonas preferidas y donde más se aglutinan. Descubrimos que hay un patrón donde se producen momentos de máxima abundancia y luego los animales empiezan a distribuirse. En la zona del Golfo San Jorge se están viendo muchos grupos de cópula y estimamos que San Antonio Oeste también va a tener una gran cantidad de ejemplares”, indicó Mariano Coscarella, investigador del CESIMAR.
El vuelo fue realizado, a bordo de un avión perteneciente al Aeroclub de Puerto Madryn, por los becarios del CESIMAR Santiago Fernández, Virginia Tortolini y Ayelén Tschopp junto al piloto Pedro Domínguez. Se trata del primer vuelo de la temporada y se estima que se realizarán dos censos más hasta mediados del mes de noviembre.
Los censos aéreos de ballenas se realizan de manera casi ininterrumpida desde el año 1999 y son financiados por la Cámara de Empresas Avistaje de Ballenas y Fauna Marina (CAPEA): “La población de ballenas ha crecido desde el año 2000, cuando contamos apenas 150 crías y 500 ejemplares en total. A partir de ahí se ha mantenido el crecimiento más suave, sobre todo entre los años 2012 y 2018, luego se estancó y desde el año pasado estamos notando un aumento importante en la cantidad de crías”, agregó Coscarella.
Por su parte, Enrique Crespo, investigador retirado, del mismo instituto expresó: “Estamos en un universo que está en cambio, desde que nosotros empezamos a trabajar con mamíferos marinos vemos que hay aumentos poblacionales de especies que fueron muy explotadas en los siglos XVIII, XIX y XX. Luego de alcanzar poblaciones muy reducidas comenzó a darse un incremento en todas ellas, acompañadas por otros cambios a nivel ecosistémico introducidos a mediados del siglo XX. Nosotros estamos siguiendo esos cambios de muy largo plazo tratando de monitorearlos a todos al mismo tiempo”.